Almitra Tattva es una marca afincada en India, y creada por una familia que se sirve de la filosofía, la maternidad y la naturaleza como inspiración para sus preciosos y originales diseños. Su fundador, fue el primer hombre certificado en porteo ergonómico en India.
Cuando conocí Almitra Tattva me quedé encandilada por esos diseños, por la imágen de marca tan poco convencional, y por su colección en cachemir, yo soy una acérrima del cachemir, y estos diseños hipnotizan, son muy elegantes.
La frase que mejor resume las características de estos fulares es “nada es lo que parece”
Si pensamos en un fular 85% lana merino, 15% cashmere, con un gramaje de 180 gr/m2 (recuerda que el gramaje es a groso modo el grosor de la tela), lo primero que nos viene a la mente es que ese fular es para recién nacidos, se tiene que clavar y seguramente hasta pique. Por si cabe alguna duda, era tremendamente escéptica con el fular.
Pues no, resulta que los fulares Almitra Tattva son mágicos. Y no estamos de broma, no es lo que parece… ¡es muchísimo mejor!
Lo primero, es que no pica. Lo he probado con frío, con calor, en lugares cálidos, húmedos, y en todos tiene el mismo comportamiento: incluso directo sobre la piel, no pica.
Su tejido jacquard es sorprendentemente resistente y con una trama abierta que lo hace transpirable.
Es muy suave, fabuloso para recién nacidos y para personas que se inician en porteo y que quieren fular por lo cómodo y fácil que es anudar con el, ya que al ser tan ligero se mueve con muchísima facilidad.
En las fotos podéis ver el modelo Shagun, y tal como se aprecia, el bebé no es precisamente un recién nacido.
Parecía imposible, ¿tan fino podrá llevar niños más grandes?
Pues sí, superando todas las expectativas, el fular es maravilloso también con niños grandes, no se clava en los hombros y soporta muy bien el peso.
Se ajusta como un guante y es muy fácil de usar, la tela colabora muchísimo y tiene un muy buen soporte, me encanta anudar con el.
Desde luego es uno de mis fulares favoritos, se ha convertido en un imprescindible.

sling babywearing almitra shagun
Opinión de Andrea: Tuve la inmensa suerte de tener un Marisa en mi stash durante una temporada y suscribo cada coma de este post, es una maravilla, es mágico, un fular que sin duda volvería a comprar porque es bonito a más no poder, ligero, fino, y vale para pesos pesados. Si hay que ponerle un “pero”, es que hay que tener algo de cuidado con los enganchones, pero por lo demás, es sin duda uno de esos fulares especiales que toda fan de los trapos debería probar al menos una vez.